martes, 26 de abril de 2011

Prevenir antes que curar.

El deporte es sin dudas un aspecto fundamental en la salud del niño, pero cuando el mismo se convierte en algo extremadamente competitivo, podría llegar a convertirse en algo perjudicial para el chico, acarreándole problemas emocionales, o bien provocando que los mismos abandones su práctica.
 En efecto, son muchos los chicos que empiezan a practicar un deporte competitivo durante sus primeros años, pero también muchos los que, al cabo de un tiempo lo dejan o demuestran la pérdida del interés en el mismo. Si se desea que su pequeño pueda disfrutar de ese deporte, y por ende seguir practicándolo a través de toda su vida, será necesario no sobre exigirlo en sus desempeños, y darle bastante estímulo y palabras de aliento.
Es importante ser conscientes de que nuestras reacciones ante ellos y nuestros pensamientos de exigencia sin hablar de la aplicación directa de la misma sobre los niños pueden ser una marca muy importante que determine su desempeño tanto en el deporte como en otros ámbitos de su vida que vayan a mostrar rasgos de competencia.